lunes, 30 de marzo de 2009

A los que no conocimos por su nombre, por Alberto G. López Limón, abril de 2004




Hoy no escribo para los que tienen nombre; no escribo para recordar a los conocidos. No escribo para documentar algún hecho conocido. No escribo de quiénes fueron los encargados y brazos ejecutores de los compañeros caídos o desaparecidos.

Hoy escribo para los que teniendo nombre nos es desconocido. Para aquellos que ofrendaron con su esfuerzo, energía, desinterés libre de todos los egoísmos, su propia vida en la construcción de una sociedad libre de toda opresión y explotación sin esperar ni siquiera que se les reconociera su ardua jornada de trabajo y su sacrificio. A los que teniendo nombre nos lo es desconocido, hasta para la propia familia. A los que cayeron y cuyos restos descansan en fosas comunes o anónimas, bajo tierra o en el mar. No en nombre de los desaparecidos cuyos nombres nos son conocidos, sino de aquellos no registrados y que son del todo desconocidos, aunque no por ello dejan de ser una realidad.

Escribo en nombre de los sacrificados, de los mártires cuyo nombre y apellido nos fue velado por las características propias de una lucha revolucionaria sin cuartel ni clemencia para los que se atrevieron a apostar por salidas radicales al problema de la miseria y opresión de nuestro pueblo. De aquellos que en su momento no fueron reivindicados por sus órganos de dirección por creerse en aquella época que lo más correcto y racional era mantener su anonimato y que hoy en día mantenerlo sólo sería consecuencia de una hipocresía y el encubrimiento de errores y deficiencias. ¿Cuántas organizaciones revolucionarias en nuestro país no tienen en sus filas héroes anónimos que sólo exigían, sin solicitar nada a cambio, que los dejaran trabajar al lado de los más humildes?

Hoy voy a escribir sobre los compas “Pancho” y “Julián” caídos en combate en 1987 al intentar recuperar recursos económicos para el proyecto revolucionario.

Los años de 1980 a 1987 fueron para “Julián”
[1] fundamentales para consolidar su pensamiento y fortalecer sus convicciones políticas. Trabajó asalariadamente sin descuidar sus actividades políticas. Comenzó a integrarse paulatinamente a actividades militares y fortaleció sus relaciones de amistad con la que será su futura esposa. Aunque no participa directamente en el regional que lo vio nacer como combatiente revolucionario, pues desarrolla su actividad en otro estado, cada año, en los periodos vacacionales, regresa a convivir con sus compañeros de organización, a los cuales les ayuda con su experiencia a la planificación, discusión y organización del trabajo político. Su tiempo libre lo dedica a su preparación teórica, acondicionamiento físico, diversiones propias de su edad y a fortalecer la relación con su pareja.

A nivel regional, se destacó como uno de los elementos más claros, con una visión estratégica de conformación de un proyecto integral. Comenzó a abandonar la vida pública y los actos políticos. También aprovechó los periodos vacacionales para fortalecer su formación académica superior. Destacó por su capacidad política como dirigente estudiantil, llegando a permanecer por mucho tiempo en los principales órganos de gobierno de su escuela, donde combatió polemizando las ideas atrasadas, oportunistas y ortodoxas existentes en aquella época en el medio. Sin embargo, no era un “radical virulento” pues sostuvo el diálogo como instrumento de debate, por ello lo vimos sostener posiciones conciliadoras, firmes e incluso autoritarias. Su estiló garantizó la adhesión de quienes convivieron con él cotidianamente.

Dentro de su estructura regional fue el más firme en impulsar la combinación del desarrollo político con la creación de un modesto aparato militar. Por ello su instancia organizativa comenzó una serie de relaciones con otros organismos regionales con la finalidad de avanzar en la unidad de acción con los mismos y redefinir el proyecto interno. Intentaron conseguir armas pero sólo consiguieron algunas cuantas de mala calidad, sin embargo ello no minó su decisión de formar un pequeño equipo que, entre otras cosas, tuvo la tarea de acondicionar físicamente a sus miembros como primer paso a la preparación de otras formas de lucha.

Es por esas fechas que “Julián” y su núcleo de trabajo entabló contacto con el Movimiento de Acción Revolucionaria, a través de las relaciones existentes entre los diversos sobrevivientes de grupos revolucionarios de los setenta. Incorporados al proceso de unidad (cuadrilatera más tarde denominado tri) decidieron conscientemente formar parte de la organización político militar nacional que a principios de los ochenta se había definido dentro de las filas del MAR.

“Julián” se incorpora a diversas tareas políticas y militares. A “nivel abierto” es un ciudadano común, un profesionista responsable en su trabajo, miembro de un status social de clase media; clandestinamente comienza a especializarse en los equipos de recuperación económica. Al poco tiempo llegó a ocupar los primeros lugares en el manejo de armas y tiro, convirtiéndose en uno de los cuadros operativos más efectivos de la organización.
Por esos tiempos nació su hijo. Quien lo conoció más de cerca ha señalado que era un hombre aparentemente hosco, autoritario, de temperamento fuerte, un tanto impulsivo, con una fuerte capacidad de decisión, ágil mentalmente; sin embargo, poco efusivo, puesto que a pesar de tener gran cariño por sus compañeros, la organización y su familia difícilmente exteriorizaba sus sentimientos.

“Pancho” nació en el año de 1966.
[2] Fue el tercer hijo de una familia campesina pobre. Sólo las pocas cosas que el mismo compañero llegó a comentar se conocen de su niñez. Fue un niño muy inquieto con inclinaciones negativas hacia sus demás compañeros aunque llegó a destacar en actividades escolares, en el fútbol y la oratoria, llegando en esta última a concursar regionalmente.

Durante la secundaria fue un muchacho muy inquieto y bromista. En primer año llegó a besar a la fuerza a algunas de sus compañeras y peleó continuamente con ellas.

En los siguientes años comenzó a dar sus primeros pasos en la participación política. Al tener una buena voz le valió que un maestro lo impulsara en el arte de la declamación. Bajo esta forma de expresión artística se presentó en muchas comunidades. Se incorporó a las actividades políticas propias de su escuela.

En 1981 terminó sus estudios secundarios e ingreso a la preparatoria donde, por sus inquietudes políticas manifestadas, fue invitado por un grupo de compañeros a estudiar en la Universidad Autónoma de Guerrero, donde existía por esas fechas un gran auge del movimiento estudiantil. La Universidad durante años había estado aceptando estudiantes de escasos recursos económicos con el fin de brindarles la oportunidad de lograr una carrera profesional e involucrarles en un proceso político-ideológico de formación que nutriera las filas del movimiento revolucionario en nuestro país.

En su primer año de preparatoria “Pancho” atendió sus estudios académicos y se involucró en el movimiento estudiantil universitario. Se integró a un grupo de música folklórica y recorrió gran parte de las comunidades de la región en apoyo a campañas políticas universitarias.

El segundo año lo perdió a consecuencia de problemas de salud, complicado con una decepción amorosa. Comenzó a dedicarse a otras actividades entre ellas a ejercer el oficio de auxiliar del jefe de taller de la universidad, donde tuvo algunas experiencias negativas pero que no tuvieron mayores problemas, como fue el destapar sin ningún cuidado el radiador de un automóvil con el motor caliente y el agua hirviendo le quemó pecho y hombros o cuando quiso acomodar una camioneta en la fosa de revisión mecánica y no le atinó.

En 1983 formalmente se incorporó al Movimiento de Acción Revolucionaria. Se integró a la escuela para continuar con el segundo año. Lo terminó con buenas calificaciones. Además, a través de un proceso electoral, se convirtió en Consejero Técnico Estudiantil.

En el tercer año de preparatoria fue encomendado a diversas tareas partidarias que cumplió con gran disciplina. En el sexto semestre promedio con diez sus estudios. Continuó atendiendo las tareas derivadas de su trabajo político estudiantil, además de las propias de la organización. También atendía la relación amorosa con su pareja.
Al siguiente ciclo escolar a instancias de la organización, se fue a otra región del país a comenzar sus estudios profesionales y a dedicarse a tareas exclusivas de la organización clandestina. Con gran facilidad para hacerse querer entabló un buen número de amistades.

En 1986 se adjudicó el pseudónimo con el que fue conocido dentro de la organización. Dejó sus estudios académicos para dedicarse de tiempo completo al trabajo de carácter cerrado (partidario), donde mostró un carácter personal alegre, optimista, era bromista con la mayor parte de los compañeros con los que convivió y se llevaba pesado con los de mayor confianza. Tenía un gran carisma para ganarse el cariño de la gente. Le preocupaba el destino de su familia. Llegó a tener, como todos los seres humanos, errores. Le gustaba la lectura, en sus últimos días de vida estaba leyendo “Cien Años de Soledad”, novela que dejó inconclusa debido a que la muerte lo sorprendió trágicamente el 9 de julio de 1987, a los veinte años de edad.

Ya como miembros de la organización “Pancho” y “Julián” participaron como delegados de su zona de trabajo en la Conferencia Nacional Interna celebrada los días 20 y 21 de febrero de 1987 donde se redefinió el carácter, estructura, línea política-militar y cambio de nombre de la organización, para agregarle al nombre original la fecha en que cayeran en combate contra las fuerzas armadas los dirigentes nacionales José Luis Martínez Pérez y Elín Santiago Muñoz: en adelante la organización adoptó el nombre de Movimiento de Acción Revolucionaria 9 de Abril.

La operación que acabó con sus vidas se realizó por órdenes de la instancia de dirección nacional del MAR-9 para la obtención de recursos económicos que le permitieran a la organización solucionar por más tiempo sus necesidades como organización revolucionaria. El objetivo, expropiar los fondos de una sucursal bancaria. El lugar fue seleccionado por reunir las siguientes ventajas: tener un monto elevado, tener una custodia inferior a nuestras capacidades, ubicación valida que permitía un dominio del terreno y una rápida vía de salida, contar con datos precisos sobre la rutina del lugar y conocimiento del personal.
[3]

La Comisión Militar se encargó de la investigación y traslado de personal y equipo a la zona de operaciones y empezaron las observaciones finales. Después de semanas de vigilancia se formaron tres equipos operativos. En el primero participaron “Julián”, “Pancho”, “Roberto”, “David” y como responsable de todo el equipo de acción directa “Rodolfo”. El segundo era el equipo de contención integrado por “Ramiro” (como responsable) y “Saúl”. Por último el tercero sólo formado por “Vicente” encargado de conducir el vehículo. A su vez, el equipo de acción directa se subdividió en dos. Uno encabezado por “Rodolfo” e integrado por “Julián” y “David” tenían el objetivo de reducir a los custodios y extraer el dinero. “Rodolfo” era el responsable de dar la orden para entrar en acción o detenerla en un momento dado si las circunstancias lo determinaban. Era el jefe operativo del comando. El segundo, bajo la responsabilidad de “Pancho” asistido por “Roberto” tenían como misión reducir al custodio del lugar y controlar a la gente del local, además de quitar los vehículos de escape. El objetivo del equipo de contención fue contener y repeler, en dado caso que llegaran las fuerzas de seguridad protegiendo la salida del equipo de acción directa.

Minutos antes de la operación “Pancho” y “Roberto” fueron recogidos por “Ramón”, mientras que “Vicente” y “David” pasaron por “Rodolfo”. Después juntos, con “Julián”, se trasladaron a la zona de operaciones. Para la hora acordada ya se encontraban en las posiciones previamente determinadas.

A las 12:30 horas llegó, tal cual lo venía haciendo anteriormente, la camioneta de valores llegó a dejar la remesa a la sucursal. Bajaron los dos custodios y entraron en el local. “Pancho” y “Roberto” entraron a su vez en el mismo. “David” y “Rodolfo” avanzaron por lados contrarios al establecimiento; “Julián” les señaló que únicamente viajaban en la camioneta dos custodios, los cuales se habían bajado.

Tras la entrada de los custodios al local, siguieron “Rodolfo” y “David”. Dentro del mismo hay un guardia armado. Intentan reducir al vigilante y los custodios. Uno de ellos se defiende y alcanza a sacar su arma. Los compas oportunamente los reducen y desarman, sin embargo se produce una detonación de pistola.

Lo que la Comisión Militar no sabía es que se habían reforzado en la zona los rondines policiales preventivos y judiciales debido a que en días anteriores se habían producido otros asaltos en una ciudad cercana. Al momento de producirse las detonaciones va pasando por la carretera cercana un convoy de la policía. Al oír los tiros, de una de las camionetas descendieron por atrás dos policías armados de AR 15 y de otra cuatro más armados de igual forma. En formación de abanico intentaron rodear al equipo de acción directa, objetivo que no logran completar gracias a la intervención del equipo de contención que abre fuego y los paró por un costado. El enfrentamiento se generalizó.

En forma simultánea a lo anterior, “Julián” y “David” salían del local junto con uno de los custodios para tratar de llegar al camión blindado. Es en esos momento cuando comenzaron a sentir el fuego de varios tiradores sobre ellos. “David” se parapetó junto a una camioneta tratando de cubrir a “Julián”, quien ya había obligado al custodio a abrir el camión de valores. “Rodolfo” revisaba el interior del local para evitar cualquier sorpresa y verificar que nadie llevara alguna arma. Mientras que “Pancho” y “Roberto” quitaban las llaves de las camionetas de escape.

“Rodolfo” salió y vio que en esos momentos el equipo de contención se encuentra enfrentándose con la policía. Instantes antes, en un descuido el custodio sorprende a “Julián”; forcejean, logra arrancarle el arma y abre fuego contra “Julián” que cae gravemente herido al penetrarle la bala en el cuello; se introduce en la camioneta blindada. “David” se percata de lo que acontece a su alrededor pero los acontecimientos se presentaron muy rápidamente y de momento no puede ayudar a “Julián”, pues al mismo tiempo se encuentra disparando contra los policías. Al ver caer a “Julián” y percatarse de las intenciones del custodio de encerrarse en la camioneta, “David” intentó impedirlo sin conseguirlo; por poco le cierra la puerta metálica con los dedos adentro. Abre entonces fuego contra la puerta de la camioneta sin conseguir nada. Regresa al lado de “Julián” e intenta darle los primeros auxilios. Trata de detener la hemorragia presente por la grave herida, pero no tiene a la mano ninguna medicina ni trapo alguno para evitar su desangre. Llegan con gran esfuerzo a la camioneta de huida en la que tenían acordado salir, pasan silbando las balas por doquier a las cuales se les unen las del custodio que logra encerrarse en el blindado.

La contención trató de defender lo mejor posible a los compañeros aunque también eran blanco de las balas disparadas por los agentes de la policía reforzados por el custodio que encerrado disparaba contra los guerrilleros urbanos.

“Rodolfo” al ver lo anterior da la orden de retirada. “Pancho” salió en medio de la lluvia de balas con las llaves de la camioneta de huida, a la cual suben todo el equipo militar de la directa con “Julián” herido. Sin embargo la camioneta no encendió por más intentos que hizo “Pancho”. “Rodolfo” ordenó el repliegue a la camioneta de contención. Al dirigirse al otro vehículo “Rodolfo” cayó herido por el impacto de una arma de fuego; se levantó para momentos después volver a caer herido por el impacto de otro proyectil, es en esos momentos que hieren a “Pancho” dentro de la camioneta de huida. Ambos jóvenes quedaron en la camioneta que no funcionó. “Rodolfo” tiene la suficiente fuerza para levantarse y, junto con “Roberto” llegar a la camioneta de la contención. “Ramiro” en gran medida les cubre la retirada, eliminando a un policía al que desarma. “Saúl”, “Ramiro”, “Rodolfo” y “Roberto” continuaron repeliendo a las fuerzas policiales. “David” solicitó a “Ramiro” que le ayude a sacar a los compas heridos y llevarlos a la camioneta de contención pero en el intento también “Ramiro” fue herido gravemente quedando en la caja de la camioneta que no funcionó, cuando intentaba junto con “David” sacar a los heridos; es en esos momentos, presintiendo su muerte cercana, que “Pancho” alcanzó a decirles: “yo hasta aquí llego, Patria o Muerte”, a los pocos instantes falleció. “Julián” le siguió, no alcanzó a decir nada y encontró la muerte en combate al lado de sus queridos compañeros. La herida en la cadera de “Ramiro” ya no le permitió ponerse de pie.

En esos momentos se presentó una confusión. La camioneta de contención salió a toda velocidad de la zona de enfrentamiento por la ruta de escape planeada pero dejó a “David” junto con “Ramiro” herido y los compañeros recién fallecidos. “David” al percatarse de ello, lejos de tratar de escapar intentó conseguir un transporte para sacar a todos los heridos. Corrió de costado sobre los mismos judiciales y policías con su pistola al lado y cruzó el cerco policial, quienes lo confundieron seguramente con uno de tantos mirones. Buscó el apoyo de “Josué”, otro compañero que estaba precisamente para un caso de emergencia, con la idea de que entre los dos sacaran a los caídos. “Josué” se negó a apoyarlo aduciendo cuestiones de legalidad del vehículo pero en esos momentos “Josué” y “David” se dan cuenta como la camioneta de contención con los compañeros penetran de nuevo el cerco policial e intentan heroicamente ir por los compañeros caídos.

Al ver que la camioneta de contención se alejaba, los policías pensaron que habían huido los “asaltantes” dejando tirados a sus heridos. Cuando se acercaban a los combatientes caídos creyendo que todo había acabado, por una de las bocacalles en sentido contrario a como se habían retirado regresaron los guerrilleros por sus compañeros. De inmediato, en un intento desesperado, trataron de recoger a todos los compas que les hacían falta. El tiroteo nuevamente se generalizó. Las municiones estaban a punto de agotarse. Ya había transcurrido más de veinte minutos y la policía continuaba recibiendo refuerzos. Amenazaban con cercar y aniquilar a todo el comando.

De la camioneta bajo “Roberto” protegido por el fuego de “Saúl” y “Rodolfo” (con dos impactos de bala en su cuerpo). Se percataron que “Ramiro” les hacía señales de vida con un pañuelo aunque no podía ponerse de pie. “Roberto” logró llegar a los compañeros y se percató de que “Pancho” y “Julián” habían muerto. Con grandes obstáculos logró llegar al lado de “Ramiro” y arrastrándolo pudo llevarlo con los demás compañeros que lo apoyaron para subirlo a la camioneta de contención. Casi sin parque y sin posibilidad de recuperar los cuerpos de sus jóvenes amigos muertos tuvieron que optar por abandonarlos y buscar refugio. Ya no pudieron hacer contacto con “David”.

“David” se dio cuenta cuando llegaron nuevamente los compañeros, sin embargo al encontrarse aproximadamente a 50 metros de distancia de los sucesos, por la intensidad del tiroteo y llevar sólo una pistola casi sin parque, ya no pudo hacer contacto con su comando para auxiliarlos. Todos los intentos por recuperar los cadáveres de “Julián” y “Pancho” resultaron infructuosos.

Por una decisión instintiva, aprovechando la confusión existente entre los diferentes cuerpos policiales y judiciales concentrados viendo hacia el local donde habían ocurrido el enfrentamiento, logró cruzar el cerco sin llamar la atención en compañía de “Josué”. Con escasos recursos, como pudo salió de la ciudad y se traslado a su zona de origen. Durante un tiempo la organización pensó que también había muerto en la operación o se encontraba en manos de la policía.

Los cadáveres de “Pancho” y “Julián” quedaron en manos de la policía quien trató de identificarlos. Sus familias no fueron enteradas y cuando se percataron no quisieron reclamarlos ante el temor de las represalias. “Julián” y “Pancho” fueron enterrados en una fosa común sin ser reivindicados por los órganos de dirección nacional del Movimiento de Acción Revolucionaria 9 de Abril.

La muerte de “Pancho” y “Julián” tuvieron mucha repercusión al interior de la organización. Por un lado, la militancia y los órganos de dirección intermedios cerraron filas en torno de la firme convicción de continuar en la lucha revolucionaria manteniendo la unidad de la Organización, lo que significó que las contradicciones existentes al interior se mantuvieran latentes en forma atenuada, mientras que la instancia superior de dirección justificó y fortaleció su conducción cada vez más liquidacionista. Sin embargo, al poco tiempo las voces criticas de los compañeros participantes en los sucesos relatados y de sus más cercanos colaboradores, así como de algunas instancias de dirección intermedia, con respecto a la necesidad de cambiar los objetivos militares por otros más de acuerdo a las características políticas existentes en el país; el cuestionamiento de la pobre preparación política y teórica que promovía la instancia superior con respecto al conjunto de la Organización, es decir, el menosprecio por el trabajo teórico; el diluir la estructura partidaria en la organización abierta utilizando el lenguaje “cívico” sobre el del conjunto de la Organización, es decir, abandonar los valores estratégicos de formación integral de todos los militantes evitando crear estructuras diferentes para los planos militar y político, que originaban la disolución de la instancia partidaria; el uso de los recursos no para fortalecer las instancias orgánicas de nuestro cuerpo sino para campañas electorales y diputaciones o senadurías que condenaron a muchos compañeros semi y profesionalizados a la pobreza y búsqueda de trabajos que permitieran la sobrevivencia de ellos y sus familias abandonando, por necesidad, sus puestos de combate, sólo fueron algunos temas que comenzaron a cuestionarse.

La inconformidad no se expresó organizadamente y aunque fue conocida por la instancia superior no fue difundida, violando las normas estatuarias democráticas existentes dentro del MAR-9. En vez de planificarse los mecanismos para iniciar un gran debate que era urgente dar con el fin de solucionar los graves problemas existentes, los que indudablemente terminarían cambiando la dirección nacional, se evitó difundir durante meses cualquier tipo de crítica. Las voces que se alzaron pronto fueron acalladas. Los compañeros que disintieron primero fueron separados de sus cargos y posteriormente expulsados sin notificación alguna; fueron desprestigiados ante sus compañeros más cercanos. “David”, “Vicente”, “Ramiro” y muchos otros cuadros militares, con muchos años de experiencia revolucionaria en sus espaldas, sufrieron ese camino. La principal instancia de dirección regional, la del Valle de México promotora de la reestructuración de la Organización a principios de los ochenta, fue disuelta y prácticamente expulsados, sin notificación ni juicio alguno, sus principales cuadros políticos, algunos sobrevivientes de las represiones de 1979 y 1981, viejos cuadros a los cuales se aisló para evitar que su ejemplo “contaminara” el camino liquidacionista elegido. Finalmente, sin oposición, la dirección nacional ya sin cuerpo orgánico, sin militancia que dirigir, incorporada a las estructuras de dirección nacional del Partido de la Revolución Democrática, unos desertando de los frentes de lucha popular y otros auto exiliándose al extranjero, logró entre 1990 y 1993 lo que las fuerzas de seguridad desde 1967 habían intentado sin éxito lograr: liquidar definitivamente el proyecto revolucionario impulsado bajo las siglas del Movimiento de Acción Revolucionaria.


[1] Datos tomados de “Esbozo Biográfico. Compañero Julián: ¡Presente!”, en Boletín Interno, MAR-9, No. 5, fotocopia, abril de 1990, México, pp. 23-25.
[2] Datos tomados de “Esbozo Biográfico. Compañero “Pancho” (1966-1987)”, en Boletín Interno, MAR-9, No. 6, fotocopia, abril de 1990, México, pp. 14-17.
[3] Comisión Militar, Informe Sobre los Acontecimientos del (... 9 de julio de 1987), mecanografiado, México, 1987.

A la IV Reunión Nacional de ex Combatientes del Movimiento Armado Socialista, por Alberto G. López Limón, abril de 2004



Compañeros:

Sirva la presente para saludarlos y darles a conocer brevemente lo que hemos trabajado estos últimos meses en la Ciudad de México. Tres han sido los rubros que se han trabajado: el Taller de Investigaciones sobre los Movimientos Armados en México, creación de un centro de documentación y difusión de algunas fechas y temas importantes del movimiento armado.

a) Taller de Investigaciones.- La primer reunión se celebró coincidiendo en la fecha de la caída en combate del comandante Lucio Cabañas Barrientos. Aunque llegó ha incorporar a investigadores de la ENEP, facultades de Ciencias Políticas y Sociales, Economía y Filosofía de la UNAM y UAM, además de ex combatientes y familiares de caídos y detenidos-desaparecidos, en la actualidad ha venido reduciéndose a ex militantes y tres investigadores (facultades de Ciencias Políticas y Sociales e Historia, así como de la ENEP de la UNAM). Las deserciones se han debido fundamentalmente a las cargas de trabajo que en lo particular tienen los compas que se acercaron en un primer momento, algunos por compromisos anteriormente contraídos con sus respectivas organizaciones sociales o políticas. También es importante entender que el trabajo se ha limitado porque, salvo los que cuentan con una beca de tiempo completo que son lo minoría, los demás tienen que dedicarle tiempo a sus tareas económicas de sobrevivencia, lo que genera un problema fundamental a resolver para garantizar la tareas derivadas de los procesos de investigación, de lo contrario su actividad se irá reduciendo hasta posiblemente desaparecer ese núcleo, ya que las becas también están a punto de vencer y con ello se pondría fin a este importante proyecto.

La idea que ha predominado desde su fundación al interior del taller es que sin investigaciones, con métodos de las ciencias sociales, no es posible generar conocimiento científico; interpretar nuestro pasado reciente para extraer de él las enseñanzas necesarias para alumbrar los procesos futuros de construcción de la nueva sociedad. Se trata de empaparnos en las tareas de los filósofos griegos: de amar el conocimiento dejando a un lado los prejuicios que oscurecen los grandes procesos sociales. Por ello no se ha marginado a nadie ni dependemos de ninguna organización, grupo, institución gubernamental, sólo seguimos los dictados de los participantes en el taller; nadie nos está dando recursos económicos por elaborar los trabajos que actualmente se están realizando, salvo aquellos derivados por los que tienen becas gubernamentales para estudios de posgrado.

Se ha trabajado con la metodología y técnicas de investigación actuales (basadas en un domi de técnicas de investigación cualitativa) y compañeros con experiencia en investigaciones académicas nos han aportado sus conocimientos en el terreno de la investigación.

La propuesta que presentamos al pleno es que en los diversos estados donde se desarrolló el movimiento armado en México se hagan los esfuerzos necesarios para constituir talleres de investigación, como parte del trabajo de la Coordinación Nacional de ex combatientes; que todos los talleres se intercambien experiencias, archivos documentales, noticias, etc., lo que en la práctica irá creando organización y vida al colectivo. Que cada trabajo elaborado o documento nuevo rescatado de los archivos particulares sea puesto a disposición de todos los miembros de los talleres nuestros. Que promuevan en las universidades y centros de investigación de sus estados nuevamente el interés por estudiar estos temas e incorporen a grupos de investigadores no sólo de “prestigio” sino compas nuevos, jóvenes estudiantes que apenas empiezan en el terreno de la investigación social para que aporten nuevas ideas y conceptos. Sin embargo el problema de los recursos seguirá siendo un problema que tendrá que ser tratado por los interesados para buscar las formas más convenientes para mantener los trabajos.

Por lo pronto, una tesis de licenciatura dedicada a la organización revolucionaria comandada por el profesor Genero Vázquez Rojas y otra a nivel doctoral que analiza las organizaciones político-militares de izquierda en México 1960-1980 están a punto de concluir para que sean del conocimiento colectivo, así como otros trabajos que se encuentran en diferentes fases de construcción. También se han elaborado diversos artículos que se han ido distribuyendo en el ciberespacio.

b) Centro de Documentación.- Propiamente se trata del rescate de documentos pertenecientes a los diversos grupos político-militares y armados desde los sesentas hasta nuestros días. El trabajo colectivo ha desembocado en la creación del Disco No. 1, dentro del cual se ha elaborado un índice del contenido. Actualmente se ha comenzado a elaborar un Disco No. 2. Creemos que tendrán que mejorarse los lineamientos para la entrega de los discos no tanto por los supuestos plagios o que por desconocimiento alguien en lo particular quiera presentarse como el único responsable de su elaboración, sino con el objetivo de ir recuperando nuevos documentos. Se tendrá que priorizar su entrega a los compas del colectivo que estén comenzando a fundar sus talleres o que en el plano individual estén trabajando en proyectos de investigación, y en lo que respecta hacia fuera hacia los centros e institutos de investigación, siempre y cuando se establezcan los convenios académicos correspondientes de mutua colaboración para que nos abran sus puertas y podamos expresar nuestras ideas y para que sus investigadores y académicos y de esa forma la comunidad universitaria tengan el material necesario para ir eliminando los grandes prejuicios y mitos existentes hoy en día en los estudios sobre el movimiento armado socialista en México, y de esa forma ir rescatando las valiosas experiencias y contribuciones teóricas de los grupos revolucionarios armados y de muchos de nuestros compañeros que cayeron en combate o se encuentran detenidos-desaparecidos.

En puerta tenemos el trabajo de scannear un poco más de 200 documentos pertenecientes al archivo histórico del MAR (de los cuales varios al ser reliquias deben de pasarse a maquina), recuperar los archivos de la Liga Comunista 23 de Septiembre y estamos por recuperar documentos pertenecientes al movimiento maoísta armado de México. Sin embargo, la tarea se reduce a un par de compas por ello necesitamos el apoyo de todo el colectivo para que aquellos que tengan documentos en su poder nos lo hagan saber para buscar los mecanismos necesarios para sacarles una copia, aunque de preferencia sería importante si pueden que nos los entregaran ya digitalizados de ser posible lo cual nos ahorraría mucho tiempo y esfuerzo. El trabajo es lento porque somos muy pocos para la tarea, con muchas responsabilidades y con equipos de computadora algo atrasadas, cuando se tienen.

c) Difusión de algunas fechas y temas importantes del movimiento armado.- Apoyados en diferentes organizaciones políticas y educativas se difundieron algunas fechas y actividades importantes. Entre ellas estuvieron:
- 11 de septiembre del 2003, se presentó la ponencia “Los mártires de Madera. Rebeldía en el estado de Chihuahua, México (1965)”, en el Foro Internacional Rebeldes Latinoamericanos: Imagen, testimonio y Representación, convocado por el Centro Coordinador y Difusor de Estudios Latinoamericanos, UNAM.
- 24 de octubre del 2003 se dictó la conferencia “Historia del Movimiento Armado Socialista”, con la intervención de José Luis Moreno Borbolla, Camilo Valenzuela y Alberto G. López Limón, convocada por el Comité Ejecutivo delegacional Venustiano Carranza del PRD, en la Casa de la Cultura.
- 30 de octubre se presentó la Conferencia “Cómo se construye un plan de trabajo para la investigación de los movimientos armados de izquierda en México para una tesis de licenciatura en Historia”, impartida en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
- 22 de noviembre se presentó la Conferencia “Metodología y técnicas de investigación para la construcción de una investigación sobre los movimientos armados de izquierda en México”, impartida en la Facultad de Filosofía y Letras, UNAM.
- 13 de diciembre se celebró el Encuentro Nacional de Mujeres Ex Guerrilleras, en el salón Heberto Castillo, Senado de la República. Actualmente los organizadores trabajan en la memoria del evento. Se elaboró el trabajo “Combatientes Revolucionarias Detenidas-Desaparecidas (1971-1983), al cual actualmente presenta una nueva versión.
- Se colabora estrechamente con el proyecto de la Revista Causas.
- En el último número de Cuadernos Americanos, de reciente aparición, se publica el artículo “Autoritarismo, Seguridad Nacional y Contrainsurgencia”.


Por último quisiera reflexionar brevemente algunos puntos que creo son de interés común. El movimiento revolucionario armado en nuestro país es muy grande y multifacético. Provenimos de experiencias distintas y veíamos de forma a veces hasta contraria la misma realidad por la que atravesábamos, sin embargo creo que hoy en día debemos de retomar nuestro pasado para recoger las mejores tradiciones para poder construir una sociedad más justa, democrática y libre de toda explotación del ser humano. Me refiero en concreto a las experiencias de los frentes de masas, de las coordinadoras nacionales. El colectivo puede avanzar a constituir algo si avanza a partir de lo que lo une, la lucha por recuperar a los detenidos-desaparecidos de antaño y de hoy en día, la recuperación de nuestra historia, por sacar de las mazmorras de alta seguridad a los actuales combatientes revolucionarios presos, como antaño muchos de nosotros, por su actividad armada, por luchar con toda la sociedad por lograr una nueva amnistía que ponga fin del cautiverio de decenas de presos políticos recluidos hoy en día en diversas cárceles del país, exigir el castigo a los culpables de la guerra sucia y de la actual contrainsurgencia implementada contra las comunidades indígenas y campesinas en el país y en particular en Guerrero, Oaxaca y Chiapas que ha traído más violaciones a los derechos humanos y civiles, más presos, muertos y detenidos-desaparecidos a los que se unen a nuestros campañeros desde los años sesenta, exigir una reforma del Estado democrática donde las fuerzas armadas pierdan sus perrogativas y fueros y pasen a dependen como las demás instituciones del país a los marcos establecidos en nuestra Constitución Política, donde los militares y sus mandos sean enjuiciados por tribunales civiles, como cualquier ciudadano, por crimines que cometan en su practica contrainsurgente, y crear los mecanismos para definir y controlar al CISEN, para poner fin, a través de la constante supervización del poder legislativo y de la sociedad, de sus prácticas aberrantes de espionaje político al servicio de los intereses de los grandes grupos monopólicos pro imperialistas.

Debemos seguir trabajando y profundizando los estudios relacionados con la política contrainsurgente implementada en nuestro país desde finales de los cincuenta hasta nuestros días con el objetivo de esclarecer su significado e importancia hoy en día ante la sociedad mexicana.

Debemos de conocer, discutir y asumir un punto de vista claro ante temas como las propuestas de Ley Federal contra la práctica de la desaparición forzada de personas impulsada por la fracción parlamentaria del PRD, en sus dos vertientes en la de Senadores y de Diputados, y posteriormente convocar a los medios de comunicación o promover en conjunto con asociaciones de familiares, civiles o de partidos políticos foros, conferencias o la actividad que se pueda realizar para difundir nuestros puntos de vista.

Debemos de llamar a foros, conferencias, etc. a fin de iniciar una compaña que nos permita unirnos con otros grupos civiles, sociales y políticos en la promoción de una nueva ley de amnistía, exigir la presentación de todos los detenidos-desaparecidos, incluyendo los de este sexenio, y el castigo a todos los torturadores y asesinos, materiales e intelectuales, de las fuerzas de seguridad civil y militar, así como los escuadrones de la muerte, involucradas en la lucha contrainsurgente, incluyendo la desplegada en nuestros días.

Debemos nuevamente de acercarnos a la juventud, no sólo porque representan el futuro de nuestro país, sino porque debemos de luchar para que nuevamente crean en los sueños, en la posibilidad de construir cosas nuevas, de que despierten de su letargo producido por una sociedad que no les ofrece nada más que miseria y explotación. Sigamos contribuyendo en el descarrilamiento del tren capitalista que lleva a la destrucción de la humanidad. Continuemos luchando desde nuestras trincheras lo que iniciaron los que nos precedieron.


viernes, 20 de marzo de 2009

Al rescate de la memoria histórica, por José Luis Alonso Vargas




Rescatar la memoria histórica es un compromiso de quienes vivimos los acontecimientos políticos y sociales más importantes de los últimos 50 años.

Al menos entre los ex militantes del movimiento armado socialista ese compromiso se ha establecido ya, mostrándose uno a uno los primeros frutos.

En febrero de 2000, Victoria Montes y Eduardo Esquivel, nos convocaron para rendir homenaje a Raúl Ramos Zavala, esposo de Victoria y fundador del grupo Los Procesos, en 1970.

Raúl cayó abatido por las balas de la policía política, el 6 de febrero de 1972. Acompañado de Jorge Alberto Sánchez Hirales, acudía a una cita clandestina para entrevistarse con Hebert Matus y Ramón Sosamontes, en el parque México, de la Colonia Condesa. Apenas habían pasado 23 días de su participación en una doble y simultánea expropiación bancaria en Monterrey, con saldos trágicos y una feroz persecución desatada contra todo el grupo, en todo el país.

En aquella primera reunión del 2000, en Mazatlán, conocimos algunas partes de esa biografía, inéditas y claves, para entender el salto cualitativo que realizó un sector importante de la Juventud Comunista. Cientos de jóvenes comunistas discutieron, entre otros, el documento de Raúl, conocido como El proceso revolucionario y decidieron pasar a la clandestinidad y empezar a construir organizaciones armadas, para desarrollar la guerra revolucionaria.

Pasajes como este y otros que refrescaron nuestra memoria, nos inspiraron para establecer el compromiso de escribir la historia del movimiento armado socialista, a partir de las acciones de Arturo Gámiz y su Grupo Guerrillero Popular, que actuaron, por última vez, el 23 de septiembre de 1965, en Madera, Chihuahua.

No partíamos de cero. Antes, reconocimos, muchos escritores, investigadores y ex militantes, ya habían dejado huella de esa inquietud. Jaime López, desde 1974, había entregado a sus lectores un trabajo conocido como 10 Años de guerrillas en México 1964-1974. Carlos Montemayor, hace diez años, nos había impresionado con su novela La guerra en el paraíso. Elena Poniatowska, había recogido una gran cantidad de testimonios de los sobrevivientes de los grupos guerrilleros de los años ´70, en varios de sus libros, como, por ejemplo, en Fuerte es el silencio. Y el Centro de Investigaciones Históricas de los Movimientos Armados, A. C. (CIHMA), ya había recopilado una gran cantidad de material escrito de ese período y los había empezado a difundir a través de su revista, de corta vida, Para romper el silencio, Expediente Abierto.

Ahora, la tarea hay que cumplirla. No estamos solos. Hace un año y 4 meses el Colegio de Michoacán y CIESAS, organizaron un FORO DE DISCUSIÓN ACADÉMICA, LA GUERRILLA EN LAS REGIONES DE MÉXICO, SIGLO XX, donde participamos, al lado de una gran cantidad de investigadores y ex militantes, entendiendo que el interés por nuestro tema se ha extendido. Hace unos días, en la Facultad de Filosofía de la UNAM, un grupo académico nos invitó a exponer nuestros testimonios porque muchos de los futuros historiadores quieren hacer sus tesis con el tema de la lucha guerrillera, en México.

Nosotros, por nuestro lado, estamos armando ya un taller de investigación histórica, que debe empezar a funcionar el próximo mes de diciembre, con todas las condiciones y características necesarias, para que de ahí fluyan los capítulos ordenados y sustentados suficientemente, de la historia del movimiento armado socialista, de 1964, a la fecha.

La invitación está abierta. El compromiso de los ex militantes va por delante, porque no nos sentimos vencidos ni arrepentidos. Porque es la mejor manera de honrar la memoria de los miles de compañeros que entregaron su vida por un México y por una Humanidad libres de las cadenas de la explotación capitalista y libre para lograr el sueño de la realización plena del ser humano.

Algunos elementos de análisis y balance de la actividad de la Liga Comunista 23 de Septiembre, por Antonio Orozco Michel



La formación de las diferentes organizaciones guerrilleras en la década de los 60 y los 70 es sin lugar a dudas la expresión más clara de los esfuerzos desarrollados por las clases explotadas para construir la organización revolucionaria que represente sus verdaderos intereses de clase y que la conduzca en la lucha contra el injusto e insoportable sistema capitalista.

Después del aplastamiento de las huelgas ferrocarrileras a finales de los 50 y la posterior represión de que fuera objeto diversos movimientos populares en todo el país entre los que destacan las luchas campesinas tanto en guerrero como en chihuahua así como el asesinato de Rubén Jaramillo por parte del gobierno se crearon los primeros grupos armados en zonas rurales de Chihuahua y de Guerrero.

El 23 de septiembre de 1965 un puñado de revolucionarios encabezados por Arturo Gamiz García de los cuales hoy tenemos el honor de contar con la presencia de algunos sobrevivientes llevaron a cabo el asalto al cuartel militar de ciudad Madera en chihuahua acción esta que marca el inicio de la lucha armada en nuestro país planteándose como meta la lucha por el socialismo.

Posteriormente se conforma en el estado de Guerrero la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria comandada por Genaro Vázquez Rojas y poco tiempo después el Partido de los pobres dirigido por Lucio Cabañas Barrientos.

Como consecuencia de los sangrientos hechos del dos de Octubre de 1968 en la plaza de las Tres Culturas así como el ataque de la marcha del 10 de junio de 1971 por el grupo paramilitar de los halcones creado con ese propósito por el gobierno del Distrito Federal quedamos convencidos que el gobierno burgués de Díaz Ordaz no nos dejaba otra alternativa que la toma de las armas. Cientos de jóvenes en todo el país acudimos al llamado de la historia, no podíamos reaccionar de otra manera el coraje y la indignación nos empujo de manera decidida a incorporarnos a la lucha guerrillera.

En este marco nacen diferentes grupos de guerrilla urbana el MAR, FÜZ, CAP, LANCANDONES, ENFERMOS DE SINALOA, PROCESOS, LOS GUAJIROS Y EL FER en Guadalajara.

En el mes de Abril de 1973 se constituye precisamente aquí en Guadalajara la Liga Comunista 23 de Septiembre que es sin duda el esfuerzo mas serio para terminar con la dispersión del movimiento armado sentar las bases en la construcción de el Partido y el ejercito revolucionario que representara los intereses de el proletariado y demás explotados que lo dirigiera en la lucha por el derrocamiento de la burguesía y la instauración de la dictadura del proletariado como punto de partida para la construcción de el sistema socialista en México.

Sin embargo la liga comunista 23 de Septiembre adolece desde su fundación de una visión objetiva y realista de las condiciones política y económica del país y en particular de una ubicación exacta del grado de desarrollo del movimiento revolucionario esto es de las luchas obrero campesino y popular. Ya que si bien era cierto que a lo largo y ancho del territorio nacional se desarrollaban en infinidad de huelgas paros y manifestaciones de protesta la gran mayoría de ellas no tenían el elemento consciente, se encontraban aisladas unas de otras y sin la posibilidad de extraer la experiencia de lucha y fortalecer su propia conciencia de clase.

Nuestros dirigentes en ese momento desarrollan una concepción insurreccional que determina una estrategia y una táctica dirigida en preparar cuanto antes las condiciones que harían posible la transformación de las huelgas y paros en los ensayos de la guerra civil revolucionaria. La liga comunista 23 de Septiembre deslinda con casi todos los demás grupos u organizaciones que no coincidieran con sus planteamientos, acusa incluso de aliados de la burguesía a todo aquel que promoviera forma de luchas legales o lucha por demandas económicas asumiendo en los hechos una política sectarista que nos aisló del movimiento de masas en el país.

En el aspecto organizativo califica la organización sindical como un instrumento de dominación y control al servicio de la clase dominante y llama a la clase obrera a que lo destruya y se aboque a la construcción de brigadas y comités de lucha clandestinos y armados.

Organismos que de una vez creados terminaron incorporados a la estructura de la organización, de esta forma se desprecia y se abandona diferentes formas de organización propias de las masas, era cierto que el sindicato con los charros montados arriba de el, era un dique para la lucha obrera sin embargo era correcto plantearse la recuperación de la organización sindical y servirse de ella para la lucha por sus intereses mas inmediatos.

En el aspecto militar si bien es cierto que no se planteaba como principal tarea el desarrollo de acciones militares de hostigamiento y desgaste de los cuerpos policíacos y militares, si no que ella se ubicaba en tercer lugar ya que estaba en primer plano la actividad de educación y propaganda a través del periódico madera y de los volantes dirigidos a las huelgas y movimientos particulares buscando de esta manera el elevar el nivel de conciencia política de la clase obrera y de los demás sectores explotados. Que en segundo lugar de la actividad general de la Liga se ubicaba el trabajo de organización encaminado a incorporar las filas de ella a los elementos mas avanzados buscando con ello fortalecer y acrecentar las fuerzas en todo el país.

En los hechos la actividad militar se sobrepuso a las demás tareas en muchas ocasiones como la principal. Dificultando enormemente las otras.

La dinámica propia de la lucha armada y en particular el endurecimiento de la ofensiva de todo el aparato policiaco y militar llevo a la Liga comunista 23 de Septiembre a una confrontación directa en completa inferioridad política y militar contra su enemigo. Los cercos militares en torno a fábricas, escuelas y campos agrícolas en donde la liga desarrollaba una labor más o menos sistemática ocasionaron en más de una ocasión enfrenamientos militares.

Además se desato una campaña de terror en contra de todos aquellos obreros o estudiantes que aceptaran el periódico Madera o volantes de la liga, muchos casos se dieron de obreros detenidos e interrogados a golpes buscando una relación directa con la organización.

La Liga Comunista 23 de Septiembre se encontraba en estos momentos prácticamente aislados del movimiento de masas de nuestro país, sin los lazos necesarios que le permitieran contar con base social, con la necesaria retaguardia que le hubiera hecho posible replegarse por algunos periodos tratando de redefinir su táctica y estrategia.

Los resultados son conocidos de sobra. Un grupo de jóvenes idealistas con mucha valentía y audacia pero mal armados y peor preparados enfrentamos a una fiera sanguinaria que se lanzo encima dispuesta a despedazar a su presa que se había atrevido a desafiarla.

Quiero resaltar que la mayoría de nosotros estábamos convencidos que entregábamos nuestras vidas y nuestra sangre por un futuro mejor para las generaciones venideras, y permítanme decirlo: jamás pensamos en la derrota. Estábamos consientes que la victoria tendría un costo, y estuvimos de acuerdo de pagarlo sin regateos, decenas de compañeros que se ahogaron en su propia sangre en los enfrentamientos contra la policía o que murieron en las manos de sus verdugos en las mesas de tortura, se fueron con la idea que contribuían con su granito de arena a cambiar el injusto mundo que habían recibido y que tarde o temprano la justicia revolucionaria se encargaría de sus victimarios.

Hoy a treinta años de esta etapa de lucha que indiscutiblemente ocupa un lugar de honor en el marco de la historia del movimiento revolucionario de nuestro pueblo queremos reafirmar que tiene un gran valor las experiencias legadas por la lucha guerrillera llevada a cabo por los diferente grupos armados de ese entonces y en particular la experiencia de la liga comunista 23 de Septiembre.

Hoy la historia nos ha dado la razón, es innegable que el sistema capitalista es absolutamente incapaz de satisfacer las necesidades de la inmensa mayoría de la población, si no todo lo contrario, el carácter reaccionario y absolutamente insaciable de la burguesía y su sistema de clase existe sobre la base del sufrimiento y la miseria de millones y millones de seres en todo el planeta.

Compañeros y compañeras hoy tenemos que dejar claro que la lucha continúa, que hoy mas que nunca debemos asimilar las experiencias que nos dejó la etapa de la lucha armada no solo en México sino prácticamente en todo el resto del continente americano.

Es claro que la agudización de la crisis del capitalismo se agrava día con día y que esto inevitablemente repercutirá en las condiciones de vida de millones de gentes, violentando cada día mas la lucha de clases, entre la burguesía y las masas explotadas.

No estamos lejos de que se sucedan estallidos sociales espontáneos producto de la desesperación del pueblo. Y estos pueden quedar solo en eso, o convertirse en movimientos masivos de carácter nacional con la posibilidad de cambiar significativamente la correlación de fuerzas.

En este sentido tenemos que pensar que es el momento de impulsar las organizaciones propias de los diferentes sectores, en consolidar las que ya existen, así también debe engarzarse el conjunto de luchas populares en un solo objetivo la confrontación con la política neoliberal y la globalización de capitalismo globalizando las luchas en un solo frente.

martes, 17 de marzo de 2009

A la IV Reunión Nacional de Ex militantes del Movimiento Armado Socialista en México (Tesis de Zapopan)


1.- El 23 de septiembre de 1965, en Madera, Chihuahua, inició la lucha armada socialista en México, motivada por una extraordinaria necesidad nacional de justicia, libertad y democracia, dirigida a instaurar un sistema económico socialista, es decir, basado en la propiedad social sobre los medios de producción, y un gobierno de los trabajadores definido como dictadura del proletariado, capaz de aplicar una política acorde a los intereses de los obreros industriales y agrícolas, de los campesinos, de las masas populares y de los pobres en general.
2.- La lucha armada surgió por la imposibilidad de defender legal y pacíficamente las nobles causas nacionales y sociales, como respuesta defensiva de quienes eran reprimidos incluso con la muerte por encabezar esas causas. La lucha armada se dirigió contra el Estado capitalista mexicano y su gobierno, altamente represivo y autoritario, asesino de obreros y campesinos, cuya respuesta sistemática a la oposición revolucionaria fue la cárcel, la tortura y la muerte.
3.- Los grupos armados socialistas se desarrollaron en el país principalmente alentados por la represión gubernamental y por la convicción de que los liderazgos socialistas tradicionales carecían de espíritu revolucionario para enfrentar al gobierno.
4.- En la izquierda mexicana se manifestó una profunda discrepancia ante al régimen autoritario, que se concretó en dos grandes visiones y prácticas políticas: la lucha armada, que reconocía como secundaria y accesoria la acción legal, pacífica; y la lucha pacífica, que reconocía como eventual e incluso inevitable, pero no prioritaria ni actual, a la acción armada. Siendo protagonistas de la misma inspiración ideológica y filosófica, los mismos fines y la misma lucha social, los armados señalamos como oportunistas y reformistas a los pacíficos, y éstos nos señalaron como ultraizquierdistas, aventureros e infantiles. Ambas tendencias fueron rudamente golpeadas por el gobierno de México, ambas tendencias se esforzaron hasta el heroísmo, si bien los más dolorosos efectos ocurrieron en el campo armado.
5.- Las brutales represiones de 1968 y 1971 precipitaron la generalización de la acción armada, previamente concebida y ensayada.
6.- A partir de 1971 emergieron y se vincularon varios grupos armados en México. En 1973 alcanzaron sus principales manifestaciones orgánicas nacionales.
7.- En 1976 una parte de los guerrilleros socialistas consideraron improcedente la lucha armada, puesto que la situación del país y de las organizaciones guerrilleras hacían preferible la lucha política, legal, democrática, para continuar en pos de los altos ideales socialistas.
8.- Entre 1976 y 1982 todos los grupos armados vivieron un proceso de reflexión teórico-política orientado a la modificación de los procedimientos de lucha, proceso en el que ganó terreno de manera sostenida la lucha por la democracia, las libertades y la justicia mediante la acción legal, pacífica.
9.- Un valioso elemento de tal proceso fue el acercamiento y en muchos casos la unidad orgánica entre armados y pacíficos, cuestión que se expresó en el Frente Marxista, la Corriente Socialista y después el Partido Patriótico Revolucionario, considerando una principal línea orgánico-política. También sucedió la afiliación de ex guerrilleros, en 1978, al Partido Comunista Mexicano y luego al Partido Socialista Unificado de México. Tal fenómeno se profundizó con la creación del Partido Mexicano Socialista, el Frente Democrático Nacional y el Partido de la Revolución Democrática.
10.- Un producto del movimiento social y político, así como de la lucha armada y de la lucha pacífica de los socialistas, que representó una salida distinta e inteligente del gobierno ante el enfrentamiento político nacional, fueron la Ley de Organizaciones Políticas y Procesos Electorales y la Ley Federal de Amnistía, enmarcadas en la Reforma Política. La primera amplió el canal de participación electoral en 1979. La segunda hizo posible que los guerrilleros optaran por la acción legal.
11.- El conjunto guerrillero también tuvo derroteros cuantitativamente menores, pero igualmente respetables, el apartidismo, la sola lucha social, el trabajo académico e intelectual, la militancia en diversos partidos, prácticamente en todos, la participación en gobiernos de distinto signo político y también la permanencia en la lucha armada.
12.- Las organizaciones guerrilleras de los años sesentas y setentas desaparecieron como tales, pero sus ex militantes en general no han abandonado la lucha por la justicia, la libertad, la democracia, la igualdad, el desarrollo nacional, el mejoramiento social, la emancipación de clase, la superación integral de la humanidad.
13.- Siguiendo un hilo conductor o surgiendo por diversas condiciones nacionales, sociales, regionales, otros grupos armados se han manifestado particularmente en la década de los noventa. El grueso de aquellos guerrilleros dirigidos por Arturo Gámiz, Raúl Ramos, Diego Lucero, Genaro Vázquez, Lucio Cabañas, Miguel Domínguez, Ignacio Salas y otros, no hemos alentado a tales grupos armados, pero tampoco los condenamos, porque sabemos que quien toma las armas contra el gobierno tiene siempre una causa justa, inspirada en la necesidad del pueblo.
14.- Ante la existencia actual de grupos armados proponemos, como lo hemos hecho desde el año 2000, armisticio unilateral por parte del gobierno de México, una Ley de Amnistía, mesa de negociaciones para la paz, solución a demandas sociales y reconocimiento a las organizaciones que los grupos armados deseen formar para su participación legal en la política nacional y regional.
15.- En febrero del año 2000 se realizó nuestra Primera Reunión Nacional, en Mazatlán, Sinaloa. De entonces a esta fecha ha ocurrido el acercamiento, la convivencia, la reflexión colectiva de ex guerrilleros. Procedimos al rescate histórico de nuestra lucha, al homenaje y a la memoria de nuestros camaradas caídos. Nos incorporamos a la búsqueda de los desaparecidos y a la aplicación de justicia contra los criminales de guerra y de lesa humanidad. Hemos compartido consideraciones sobre la vida política del país. Hemos realizado actividades académicas, difusión política, presentación de libros, foros y reuniones por todo el país, reintegrando la vertiente histórica de la que formamos parte y que no ha sido destruida, sólo mermada y diluida en su aspecto orgánico. Nos hemos reunido, nos estamos reunificando, reconstituyendo y vitalizando. Tenemos como importantísimo elemento a favor la experiencia acumulada. La Cuarta Reunión Nacional, en Zapopan, Jalisco, inaugura una etapa nueva que nos da la oportunidad de valorar el pasado y aportar al presente de México.
16.- Para el país es necesario impedir la impunidad de los criminales encabezados por Luis Echeverría Álvarez y Miguel Nazar Haro. En esto tiene gran responsabilidad la Fiscalía Especial para Movimientos Sociales y Políticos del Pasado, que tiene logros en otro tiempo insospechados, pero también enormes tareas incumplidas. La presidencia de la República, lejos de reducir constantemente los recursos y alcances de la Fiscalía, debe fortalecerla en su estatus jurídico y financiero, técnico y profesional, con el fin de alcanzar sus metas de justicia.
17.- Los partidos políticos y el sistema político-electoral han llevado a extremos el descrédito y la insolvencia moral. En nombre de la democracia han cometido abuso y grosería con los recursos públicos, al grado de que en México tenemos políticos de bolsillos llenos y pueblo miserable. Los partidos no han sido capaces de practicar la democracia en su vida interior, vergonzosamente viciada. Por ello, consideramos urgente la moderación en las asignaciones económicas a los partidos, a las Cámaras de Diputados y Senadores, a los funcionarios electorales, del Poder Judicial y de gobierno en todos sus niveles. También es una necesidad y una obligación moral, ética e incluso jurídica resolver los asuntos de partido, desde las candidaturas hasta la composición de órganos directivos, a través de procedimientos democráticos, es decir, mediante el voto universal, directo y secreto. Con lo anterior perderán las burocracias anquilosadas, pero ganará México.
18.- Los ex militantes del Movimiento Armado Socialista somos una expresión legítima del mosaico político nacional. Tenemos derecho a existir y a participar en la vida política. Somos una expresión viva de la historia reciente de México. Estamos dispuestos a fortalecer la democracia y la cultura política mexicana. De la Cuarta Reunión Nacional dependerá la decisión de constituirnos en una organización con propio y específico perfil.
19.- Nos pronunciamos por la reivindicación del movimiento armado socialista del mundo.
20.- Condenamos las guerras y la política de sometimiento mundial que han sumido en el terror al planeta para beneficio de los intereses del capital, principalmente representado por el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y el gobierno de Estados Unidos.
21.- Reconocemos el derecho de los pueblos y de las clases explotadas a defender su integridad, su desarrollo y bienestar con acciones pacíficas, con la ley, mediante la democracia, con la equidad entre las naciones, el respeto entre los individuos y, de ser necesario, hoy y siempre reconocemos el derecho de la gente a defenderse de los opresores incluso con las armas y la revolución.

Zapopan, Jalisco, 24 de abril de 2004.